Mi pedacito de cielo

El día comienza tarde, famélico
El cielo azul oscuro y gris incita al doliente a dejar de sentir por unos segundos, cuando cae la lluvia.
En la esquina vacía de mi habitación, el fantasma de mi princesa me mira emocionada, agitando sus extremidades conectadas. Casi puedo escuchar la melodía de su canción:

Si por la noche se escucha una tos
Zoe corneta con vos.
Zoe corneta, Zoe corneta
es tan hermosa mi Zoe corneta 
Zoe corneta, Zoe corneta
la tía le canta y ella contenta…

A veces pienso que recordarla tanto solo me conduce al sufrimiento. 

¿Quién sabe si la energía de mis sentimientos, que son tan fuertes que llega a doblarme el torso, podrían llegar a conectar con su energía? Debe estar volando sobre alguna estrella, supongo.

A pesar de mi franca incompetencia, nos regocijábamos en la compañía de la otra y nos reíamos juntas; pero justo cuando ella estaba a punto de reparar mi corazón por completo, esa gloria se desvaneció; sus ojos se cerraron y los pegaron para siempre.

El perturbable espectáculo lacrimoso será más que un leve recordatorio de lo que alguna vez fue verdad, será el dolor para toda mi vida. 

La extraño mucho. 
Es un desastre, no quiero que sea así. 
¡No lo acepto, no lo acepto, no lo acepto!, pero me aclaran que así es como debe ser, una y otra vez y esquivan mi cara de espanto. Por primera vez me sentí mal de que no me mintieran. Y ahora espero que de repente una sonrisa se me dibuje para siempre en la cara.

Por el horizonte va
a lo lejos veo el sol
brilla a todo su esplendor 
por el ancho mar.

Nar

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